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ESTADOS UNIDOS

Sarah Palin

The Weekly Standard publicó en su número del 29-I-2007 el siguiente anuncio: "The Weekly Standard Goes to Alaska... this June! Join us aboard Holland America's well-appointed m[otor] s[hip] Oosterdam, leaving from Seattle on June 16 and returning on June 23. Enjoy the breathtaking cost of Alaska –and take in as much political talk as you want!". Entre los reclamos se incluía la presencia en el crucero de los editores de la revista Bill Kristol y Fred Barnes.

The Weekly Standard publicó en su número del 29-I-2007 el siguiente anuncio: "The Weekly Standard Goes to Alaska... this June! Join us aboard Holland America's well-appointed m[otor] s[hip] Oosterdam, leaving from Seattle on June 16 and returning on June 23. Enjoy the breathtaking cost of Alaska –and take in as much political talk as you want!". Entre los reclamos se incluía la presencia en el crucero de los editores de la revista Bill Kristol y Fred Barnes.
Bill Kristol.
Pocos lectores se imaginaban entonces las consecuencias que tendría aquél viaje de vacaciones: el descubrimiento, por tan notables e influyentes neoconservadores, de la personalidad de la joven gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Fred Barnes publicaría un mes más tarde el artículo "The Most Popular Governor", y Bill Kristol se convertiría durante los meses siguientes en el más entusiasta promotor de Sarah Palin en el DC, como relató Jane Mayer en un ensayo bien documentado, sin ocultar su antipatía y sus prejuicios progres contra los republicanos ("The insiders. How John McCain came to pick Sarah Palin").

Kristol, que predijo con dos meses de antelación que Sarah Palin sería la compañera de ticket de McCain, no ahorró piropos para la gobernadora: "fantastic", "mother of five", "exceptionally pretty", "young and energetic", "a genuine reformer, defeated the establishment up there [Alaska]... she could be both an effective Vice-Presidential candidate and an effective President".

La reacción de las élites progres a través de sus terminales mediáticas no se hizo esperar. Como botón de muestra, Tunku Varadarajan recopiló algunas de las primeras invectivas: "Republican blow-up doll", "idiot", "Jesus freak", "Caribou Barbie", "a fatal cancer to the Republican Party", "liar", "a national disgrace", "her pretense that she is a woman", etc. La campaña continuaría incluso después de las elecciones, con insinuaciones ofensivas sobre ella y su familia, y tomaron parte desde el estúpido show de David Letterman (recomiendo verlo, sólo de vez en cuando, para evaluar el nivel de mediocridad cultural del liberalismo progre) hasta revistas como Vanity Fair y Newsweek (véase su machista número del pasado 23 de noviembre), con la especial colaboración de los socialistas obamamaníacos Evan Thomas y Christopher Hitchens (este último tiene incluso el descaro de distorsionar y falsear la verdad histórica comparando al demagogo populista del partido demócrata William Jenning Bryan, aliado después del progresista presidente W. Wilson, con los admiradores y seguidores conservadores de Sarah Palin en el movimiento Tea Party).

Sin embargo, intelectuales y analistas liberal-conservadores de prestigio internacional como los citados Barnes y Kristol, o como Michael Gerson, Rich Lowry, Robert Bork, John Bolton, Victor Davis Hanson, Dick Morris, Bill O'Reilly, Greta Van Susteren, Ann Coulter, Sean Hannity, Glenn Beck y –especialmente John O'Sullivan– no han disimulado su admiración hacia la Palin. El gran ensayista, historiador y editor de National Review O'Sullivan la ha comparado con Margaret Thatcher y con Ronald Reagan. En plena campaña de desprestigio contra ella, en vísperas de las pasadas elecciones presidenciales, un comentarista tan inteligente, informado y equilibrado como Daniel Henninger escribió: "My pick? Gov. Palin, surely the most grounded, common sense person on that list of prime-time politicians". La lista que tenía en mente Henninger incluía a Obama, Joe Biden, Nancy Pelosi, Harry Reid, John Edwards, Mike Huckabee, Geraldine Ferraro, Jimmy Carter...; y probablemente también a John McCain.

Sarah Palin.Common sense, sentido común. Desde que en 1776, precediendo y animando a la Independencia de los Estados Unidos, Tom Paine publicara un famosísimo folleto con tal título, ha sido la característica, en un sentido profundo, de los grandes presidentes americanos: George Washington, Abraham Lincoln, Ronald Reagan... La percepción de Henninger de que Palin es una persona y una política con sentido común es coincidente con el eslogan sencillo pero claro que ella misma incluyó en su primer discurso luego de que dimitiera como gobernadora, que pronunció en Hong Kong y con el que inició su nueva etapa política: commonsense conservatism.

No se trata de crear una tercera vía o un tercer partido. Se trata de impregnar de sentido común y claridad moral (v., por ejemplo, la valiente y sincera postura pro-vida de Palin), que es lo que quiere la inmensa mayoría del pueblo americano, el liberalismo conservador del electorado, del movimiento Tea Party y del Partido Republicano, frente al régimen de Obama y la degeneración demócrata. Esa es la clave del éxito, y esa fue la fórmula que propició que la gira de promoción de la autobiografía de la ex gobernadora se convirtiera en un continuo baño de multitudes de ésta. En febrero, en Texas, en un discurso de apoyo a Rick Perry, volvió a reafirmarse:
I want to speak up for the American people and say: No, we really do have some good common-sense solutions. I can be a messenger for that.
Sentido común es lo que parece escasear en estos días en el Washington DC bajo la hegemonía demócrata. El espectáculo patético y arrogante de Obama, la Casa Blanca y los demócratas en el Congreso, que operan a espaldas de la opinión pública y del pueblo americanos, ha alcanzado un nivel intolerable.

A propósito del Obamacare, Palin dijo lo justo y preciso en el programa de Hannity el pasado día 17 de marzo: es un proyecto de ley anti-americano, anti-democrático y anti-constitucional: con Obama, añadió, Estados Unidos se está convirtiendo en un lugar en el que da miedo vivir.

Esta malhadada ley acaba de aprobarse. Los electores tienen la última palabra, y el próximo noviembre se puede producir, gracias al sentido común de la América profunda, un vuelco en el Congreso. En todo caso, al día siguiente arrancará la larga marcha hacia las presidenciales de 2012. Sarah Palin va en cabeza en casi todas las encuestas como candidata republicana, y yo ya he pronosticado que Obama es, como Jimmy Carter, por su ensimismada incompetencia, un OTP, es decir, un One Term President.

Desde una perspectiva liberal-conservadora, un ticket Palin-Gingrich (o Gingrich-Palin) sería, para mi gusto, lo ideal. Otros han pensado en la fórmula Palin-Romney, y Bob Moosecon ha apostado incluso por la fórmula Palin-Perry. Cualquiera de estas combinaciones sería mejor para los Estados Unidos y para el mundo que un segundo mandato de Obama.


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Semanario Atlántico

MANUEL PASTOR,
catedrático de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, fue director del Real Colegio Complutense en la Universidad de Harvard.
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