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COREA DEL NORTE

Otro fracaso del comunismo

El pasado mes de marzo Pyongyang criticó a Washington por su decisión de suspender la ayuda alimentaria a Corea del Norte: 240.000 toneladas de galletas con alto contenido en proteínas y vitaminas. Qué extraña la relación entre Corea del Norte y EEUU, enemigos desde la mera fundación del primero, en la inmediata posguerra.


	El pasado mes de marzo Pyongyang criticó a Washington por su decisión de suspender la ayuda alimentaria a Corea del Norte: 240.000 toneladas de galletas con alto contenido en proteínas y vitaminas. Qué extraña la relación entre Corea del Norte y EEUU, enemigos desde la mera fundación del primero, en la inmediata posguerra.

¿Por qué acordó EEUU dar ayuda alimentaria a la Corea comunista? ¿Y por qué la Corea comunista acepta recibir ayuda de semejante donante?

En Corea del Norte rige el comunismo desde hace seis décadas. Sólo allí y en Cuba subsiste ese sistema totalitario, que rechaza la propiedad privada y sólo hace lugar a un solo partido, que a su vez controla el Estado, que a su vez domina y oprime a la sociedad y a los individuos en todos los ámbitos.

Estados Unidos ofreció ayuda alimentaria a Corea del Norte a cambio de que ésta congelara su programa nuclear. Cuando, este mismo mes de abril, Pyongyang anunció que lanzaría un satélite a bordo de un cohete, Washington tomó la decisión de suspender la ayuda. Además de EEUU, condenaron la maniobra norcoreana Rusia, Japón, Francia y, por supuesto, Corea del Sur. Sospechan estos países que, en realidad, Norcorea pretendía probar de manera encubierta un misil balístico de largo alcance, lo que supondría una violación de las resoluciones 1718 y 1814 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Por su parte, el Gobierno norcoreano afirmó que el lanzamiento del satélite de investigación Kwangmyongsong 3 tenía por objeto conmemorar el centenario de Kim Il Sung. Asimismo, deploró la violación del acuerdo, logrado después de meses de negociaciones y que establecía que no se mezclaría la política con las cuestiones humanitarias. Finalmente, exhortó a EEUU a aceptar "el lanzamiento pacífico de un satélite por parte de una nación soberana" y a reconsiderar su decisión de suspender la ayuda.

Al hacer esa petición, ¿no estaba reconociendo el régimen comunista que no es capaz de alimentar a los 25 millones de habitantes de Corea del Norte? Nos encontramos ante lo que parece una gran incoherencia: un país que se ufana de su elevado gasto militar y al mismo tiempo pide ayuda para alimentar a su población.

Pero tal incongruencia no existe. Los países socialistas siempre se caracterizan por su vocación militarista y bélica. Su objetivo no es mejorar el nivel de vida de sus habitantes. Por eso los cubanos y los norcoreanos viven en la miseria, como en ella vivían los soviéticos. En 1983 la URSS destinó el 72% de su inversión en ciencia y tecnología a aplicaciones militares y sólo el 28% a aplicaciones civiles; en ese mismo año, EEUU destinaba el 76% a lo civil y el 24% a lo militar.

Desoyendo a la comunidad internacional, el 13 de abril Corea del Norte lanzó su cohete. Fue un fracaso vergonzoso, pues el artefacto se desintegró y cayó al mar pocos minutos después de haber sido lanzado. El despilfarro alcanzó los 1.000 millones de dólares. El Consejo de Seguridad condenó la maniobra norcoreana por unanimidad, es decir, también con los votos de Rusia y China.

Ese día, el mundo volvió a saber del doble fracaso del socialismo norcoreano, que ni es capaz de alimentar a la gente ni puede convertirse en una potencia militar de primer orden. 

 

© Diario de América

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