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CUBA

Los turistas como luchadores por la libertad

Debido a los muchos años de depredación del medioambiente, hay algunas especies que son muy raras en Cuba; pero ninguna lo es más que un turista extranjero dispuesto a protestar por los abusos y la represión política que se practican en la isla.

Debido a los muchos años de depredación del medioambiente, hay algunas especies que son muy raras en Cuba; pero ninguna lo es más que un turista extranjero dispuesto a protestar por los abusos y la represión política que se practican en la isla.
Da igual el tipo de abuso, por grande que sea. Uno de los más recientes fue la golpiza a la bloguera Yoani Sánchez, Premio María Moore Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, a la que el régimen cubano no permitió viajar para recoger el galardón. Yoani Sánchez fue detenida y golpeada por la policía secreta cuando se dirigía a participar en una marcha por la paz. Unos días después, la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes de EEUU celebraba una audiencia sobre las restricciones al turismo norteamericano a Cuba.

El régimen cubano continúa enfeudado en el pasado. A pesar de las concesiones de Washington, que ha levantado las restricciones a las remesas y los viajes de cubanoamericanos, y las declaraciones de Obama en el sentido de que su gobierno no contempla maniobra alguna contra La Habana, el periódico Granma, órgano del PC cubano, acaba de reportar "la realización del Ejercicio Estratégico Bastión 2009, del 26 al 28 del mes" afirmando que se trata de " una necesidad de primer orden ante la situación politico-militar que caracteriza la confrontación entre Cuba y el imperio".

La Habana continúa hablando de unas "políticas agresivas" norteamericanas que no existen; y gastando millones de dólares en operaciones militares innecesarias. Mientras, la población vive como puede, cercada por el hambre, la escasez y la miseria. El régimen y el pueblo cubano necesitan dólares. Pero los dólares turísticos no van a las manos de las familias cubanas: se utilizan para mantener a flote ese régimen hostil a los Estados Unidos.

Los que promueven el levantamiento de las restricciones al turismo norteamericano dicen que, a diferencia de los millones de turistas europeos, latinoamericanos y de otros países que han visitado y visitan la isla, los norteamericanos podrían suponer el impulso necesario para las reformas democráticas. Cuesta creer que estos turistas puedan llevar en sus maletas la libertad para Cuba. En la historia de la humanidad, los turistas como luchadores por la libertad brillan por su ausencia. ¿Qué evidencia existe de que los turistas ayudaran a derrocar a Batista, a Pinochet, a Trujillo, a Ferdinand Marcos? Y si los turistas hubieran podido llevar la libertad a Suráfrica, ¿por qué se usó el boicot, las restricciones económicas de todo tipo y la prohibición al turismo internacional para obligar al régimen de Pretoria a reformarse?

Zapatero.Según la AP, la industria turística cubana cuenta con unas 46.000 habitaciones, todas controlados por los militares y los servicios de inteligencia. En todos estos años, no conozco un solo caso de un turista que haya presentado una protesta ante las autoridades cubanas denunciando la represión o la discriminación evidente que padece la población local, que no puede acceder a los servicios, alimentos, medicinas, etc., que se ponen al alcance de los extranjeros. Tampoco conozco a un solo turista que haya convocado una conferencia de prensa al regresar a su país para denunciar la naturaleza del régimen castrista, ni para pedir solidaridad con sus víctimas. ¿Cuál ha sido el impacto de los miles y miles de turistas españoles que han pasado por la isla, o de la política de acomodo del presidente Zapatero, que no ha podido conseguir que el régimen reabra el Centro Español de La Habana, inaugurado en su día por el rey Juan Carlos?

El régimen castrista organizó públicamente una campaña para conseguir que Washington levantara las restricciones a las remesas y los viajes de los cubanoamericanos a la isla, y el presidente Obama, cumpliendo una promesa electoral, dio fin a esas restricciones, al tiempo que pedía al general Raúl Castro que redujera el impuesto sobre las remesas y pusiese en libertad a los presos políticos. Lamentablemente, el general dijo que no; y la Casa Blanca dijo que para que los Estados Unidos tomaran otra medida similar, La Habana debería responder con algo positivo.

Aunque usted no lo crea, Fidel Castro escribió después que los cubanoamericanos que viajan a la isla habían contribuido al aumento de la incidencia del virus H1N1 en la misma, aunque no se ha reportado epidemia alguna de gripe ni en la Florida ni entre la comunidad cubanoamericana.

La audiencia celebrada por la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes demostró, como dijo después la congresista Ileana Ros-Lehtinen, lo difícil que será que la ley en cuestión sea aprobada. Todos los congresistas republicanos que asistieron, con excepción de Flake (de Arizona), apoyaron el planteamiento de aquélla, que insistió en que éste no el momento para permitir el turismo norteamericano a Cuba, pues sólo supondría una ayuda para el régimen, cuyos militares y oficiales de inteligencia tienen el control de la industria turística. Por otro lado, varios de los demócratas que asistieron a la audiencia coincidieron con la decisión de su compañero Albio Sires, de Nueva Jersey, que también se opuso a la medida. Algunos mencionaron que el presidente Obama ya había levantado algunas restricciones sin conseguir nada a cambio. Como diría mi padre español, "mucho ruido y pocas nueces".

Cuando Raúl Castro reemplazó a su hermano mayor en la presidencia de Cuba, algunos –incluyendo algunos líderes políticos españoles– predijeron que las cosas serían diferentes, pero el alto nivel de la represión no ha cambiado, y los ilusos que esperan que los turistas –sean norteamericanos o de otros países– presten sus voces a los que sufren bajo la dinastía castrista tendrán que esperar tanto como los que esperan que nieve en La Habana.


FRANK CALZÓN, politólogo y director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre.
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