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ESTADOS UNIDOS

Los republicanos y los negros

A ver quién es el guapo que sigue diciendo que John McCain no es un auténtico republicano: fiel a la tradición de su partido, el senador por Arizona ha intentado atraerse el voto de los negros de la manera más inútil que imaginarse quepa.

A ver quién es el guapo que sigue diciendo que John McCain no es un auténtico republicano: fiel a la tradición de su partido, el senador por Arizona ha intentado atraerse el voto de los negros de la manera más inútil que imaginarse quepa.
John McCain.
El senador McCain fue abucheado en un acto en que se homenajeaba a Martin Luther King en el día del 40º aniversario de su asesinato. En una actitud típicamente republicana, McCain trató de disculparse, pero la concurrencia no estaba por la labor y se ocupó de dejarlo bien clarito.
 
¿Por qué acudió el senador McCain a acto en el que estaba cantado que no sería bienvenido? No sólo no consiguió transmitir su mensaje; es que el mensaje que difundieron los medios decía que la audiencia negra le rechazó, lo cual viene a ser lo mismo que decir que son los negros en general quienes le dan espalda.
 
La estrategia republicana para atraerse el voto negro viene fracasando estrepitosamente desde hace más de un cuarto de siglo. Pero nada, en ello siguen igual, erre que erre, tropezando siempre con las mismas piedras.

Los republicanos no van a ningún sitio tratando de llegar a los negros a través de las organizaciones cívicas controladas por el establishment negro. Tampoco van a ningún sitio ofreciendo a este sector de la población lo mismo que le ofrecen los demócratas: honores simbólicos, retórica políticamente correcta y subvenciones de todo tipo. Los negros que quieren ese tipo de cosas ya tienen al Partido Demócrata, así que, ¿por qué tendrían que escuchar a unos republicanos que parecen unos demócratas de pega?
 
Ahí no está el voto negro que podrían conquistar los republicanos. Por otra parte, el GOP no tiene por qué hacerse con los votos de todos los negros. Con que sólo el 20% de ellos de decantase por los republicanos, los demócratas estarían perdidos.
 
La cuestión es, pues, cómo hacerse con la confianza de aquellos negros que no comulgan con el establishment negro y que pueden ser conservadores en determinadas cuestiones.
 
En primer lugar, no tiene sentido hacerse el izquierdista cuando uno no lo es... y tampoco lo es la gente a la que se dirige. Dedicar sellos a Paul Robeson o al Kwanzaa no es la mejor manera de atraer a los negros más receptivos al mensaje republicano. En cuanto a recurrir a las organizaciones cívicas que son abiertamente hostiles a tu mensaje, es como pretender ganar un partido dándole el balón al centrocampista del rival para que se lo haga llegar a tus delanteros. ¡Si es que no puede salir nada bueno de ahí!

La verdad es algo que puede llamar la atención del elector, aunque sólo sea por la novedad... Los republicanos no necesitan ir de salvadores de los negros; para eso ya están los demócratas, que llevan la tira de tiempo en ese plan. Lo mejor que pueden hacer McCain y compañía es exponer los hechos con sobriedad, o hablar claro, si así lo prefieren.
 
Hay un montón de cosas de las que hablar. Por lo pronto, hay que hablar de todas esas cosas que defienden los demócratas y que perjudican a los negros, como por ejemplo del ferviente apoyo de los primeros a los sindicatos de profesores en su rechazo al sistema de cheques escolares, que permitiría a los padres elegir libremente el centro de estudios de sus hijos.
           
El electorado negro necesitan también oír hablar de las decenas de miles de negros que se han visto obligados a abandonar numerosos condados progres de California por los altísimos precios que ha alcanzado en ellos la vivienda como consecuencia de las severas restricciones, impulsadas por los demócratas ecologistas, a la construcción de casas o apartamentos. La población negra de San Francisco se ha visto reducida a la mitad desde 1970; y San Francisco es el modelo pluscuamperfecto de comunidad progre, con sus ecologistas fanáticos irresponsables y todo.
 
También se puede hablar del papel que desempeñan los abogados litigantes en el incremento de los precios de múltibles bienes y servicios, o de los jueces progres que dejan libres a los delincuentes, por citar sólo a dos influyentes electorados demócratas que infligen daños tremendos a los negros.
           
¿Y cómo hacerlo sin pasar por las organizaciones negras? Pues colocando anuncios en los medios y programas más vistos por los negros, y, claro, introduciendo estos temas en los discursos del día a día.
 
El cómo no es un problema; sí lo es, y de los graves, el empecinarse en una táctica que ha fracasado una y otra vez.
           
 
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