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ORIENTE MEDIO

Las elecciones en Irak. Primeras consideraciones

Parecía increíble, pero sucedió. En Irak se han celebrado elecciones generales, provinciales y, en el caso del Kurdistán, regionales. Todo estaba en un plan esbozado hace tiempo y recogido en una resolución del Consejo de Seguridad... pero a muchos les costaba creerlo. Todavía carecemos de unos datos fiables que nos permitan hacer un análisis político detallado de lo que puede ocurrir en los próximos meses, pero lo que hasta la fecha sabemos nos invita a presentar unas primeras consideraciones.

Parecía increíble, pero sucedió. En Irak se han celebrado elecciones generales, provinciales y, en el caso del Kurdistán, regionales. Todo estaba en un plan esbozado hace tiempo y recogido en una resolución del Consejo de Seguridad... pero a muchos les costaba creerlo. Todavía carecemos de unos datos fiables que nos permitan hacer un análisis político detallado de lo que puede ocurrir en los próximos meses, pero lo que hasta la fecha sabemos nos invita a presentar unas primeras consideraciones.
Una iraquí exiliada ejerce su derecho el voto en Turquía.
1) El solo hecho de que los iraquíes hayan ido a votar en gran número nos recuerda que, si hubiera sido por Francia, Alemania, Rusia, China y, desde luego, los socialistas españoles, en estos momentos Irak estaría gobernado por Sadam Husein, los derechos humanos estarían siendo pisoteados sin mayor dificultad, el régimen de sanciones impuesto por Naciones Unidas, por el incumplimiento de las condiciones recogidas en varias resoluciones, se habría levantado y los contratos firmados por compañías de esos países, con el beneplácito de sus gobiernos, estarían en camino de hacerse realidad.
 
El presidente de Francia, Jacques Chirac.Los iraquíes saben lo que pueden esperar de buena parte de los europeos y de Rusia. Si ha habido elecciones en Irak, si los ciudadanos de este país tienen la oportunidad de construir una democracia, es porque una fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos invadió aquel territorio y puso fin al régimen baasista.
 
2) Las imágenes retransmitidas a todo el mundo, que nos mostraban filas de votantes ansiosos de expresar su voluntad a pesar de las amenazas terroristas, pusieron en evidencia la entelequia de una “resistencia”.
 
La palabra, utilizada por primera vez por Chirac, fue acogida con pasión por la mayoría de los medios de comunicación y por buena parte de las fuerzas políticas europeas. Era una forma de legitimar la realización de actos terroristas, en la misma línea de lo que se ha venido haciendo con los palestinos, al subrayar que era el pueblo iraquí en su conjunto quien se levantaba contra el invasor.
 
El pueblo se ha levantado, pero para votar, para manifestar su deseo de asumir su propio destino. Chirac y todos los que le siguieron mostraron, una vez más, su cínico racismo: estaban dispuestos a justificar veladamente las matanzas de civiles en las calles de Bagdad con tal de debilitar a la amenaza principal: Estados Unidos. Discretamente la palabra ha ido desapareciendo en beneficio de “insurgencia”, término más clásico en la ciencia militar y sin más componente ideológico que el deseo de no utilizar “terrorismo”, que es a lo que nos enfrentamos. Nadie nos ha explicado el porqué de tal cambio.
 
3) Al Qaeda, como ella misma temía, ha sufrido una gravísima derrota. El Islam ha podido comprobar que los iraquíes no están con ella, sino con el proceso de paz. Que sus actos terroristas son contra árabes, no contra infieles. Que intenta imponer su voluntad por la fuerza y no por el convencimiento.
 
El terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak.
Desde la atalaya de su ortodoxia, el solo hecho de votar supone aceptar instituciones judeocristianas, tumores que corrompen el mundo musulmán. Tras lo ocurrido en Argelia, con todas sus limitaciones, y en Afganistán, Palestina e Irak, el Islam empieza a preguntarse: ¿por qué no? ¿Por qué no podemos todos elegir a nuestros gobernantes?
 
Por eso era tan importante convocar elecciones lo antes posible. Una prolongada transición hubiera dado más oportunidades a Al Qaeda para debilitar la voluntad de los iraquíes y provocar una guerra civil, único medio por el que la minoría árabe suní hubiera podido reconquistar el poder. De ahí la alianza entre los restos del baasismo y los islamistas.
 
4) En cualquier parte del mundo la gente prefiere vivir en democracia, disfrutar de un estado de derecho, elegir y deponer a sus gobernantes... Los iraquíes lo han puesto de manifiesto, aunque en ningún caso podemos caer en la ingenuidad de pensar que el futuro democrático de Irak está garantizado. Las fuerzas contrarias están presentes y tienen ante sí importantes oportunidades.
 
Los principios que sustentan la democracia son universales y, desde luego, no exclusivos de la civilización judeocristiana. La India o Japón son claros ejemplos de ello. Sin embargo, para que la democracia arraigue en una sociedad es fundamental que se desarrolle a partir de su propia civilización, porque el sistema por el que un pueblo resuelve lo relativo al poder es un hecho cultural. La democracia en Irak será más fuerte cuantos más referentes encuentre en su propia historia y cultura. Cada pueblo debería llegar a la democracia desde sus propios principios y valores y a partir de un proceso autónomo. Algo, huelga decirlo, que no siempre resulta posible.
 
Hemos oído y leído repetidas veces que la democracia no se puede imponer por la fuerza de las armas. Una afirmación propia de quien siempre cree tener la razón y, por si acaso, no consulta un libro de historia. La democracia se ha impuesto varias veces por la fuerza –¿cómo llegó a Alemania o a Japón?– y es posible que arraigue en Irak. El proceso se ha iniciado, aunque es pronto para echar las campanas al vuelo.
 
Cartel de IU-ICV contra la intervención en Irak.5) Las primeras noticias sobre la participación en las elecciones fueron celebradas por todos los que aman la democracia y valoran el efecto de su expansión para lograr un mundo más justo y seguro. No lo vieron así aquellos otros que están más preocupados por la influencia de Estados Unidos y esperaban el fracaso de las elecciones.
 
Para ellos, el éxito estaba en el hundimiento o estancamiento del proceso de paz, en el enfangamiento del Imperio en tierras del Islam, para rebajar sus ínfulas y hacerlo más manejable. El destino de Irak es un problema menor en comparación al que supone la Hiperpotencia, de ahí que fuera justificable dejar que ese país se instalara en una situación de crisis permanente, que los grupos terroristas encontraran un hábitat ideal para desarrollarse, con tal de tener encauzado el problema principal.
 
Importantes sectores de la opinión pública europea gustan de dar lecciones a Estados Unidos sobre cómo extender los valores democráticos. La realidad es que tratan de buscar argumentos para no hacer nada o, aún peor, prefieren que ideologías antidemocráticas arraiguen y se extiendan. Con su actitud han podido demostrar al mundo y a sí mismos que su colaboración es perfectamente prescindible y que su compromiso con la democracia liberal queda limitado a sus propias fronteras.
 
6) Ante el éxito de las elecciones y tras los dos discursos inaugurales de Bush muchos temen la apertura de un nuevo teatro de operaciones. Razones hay para ello, pero la Administración norteamericana está ahora concentrada en acabar el trabajo en marcha.
 
El dictador sirio, Bachar Assad, y su homólogo iraní, Mohamed Jatami.
El éxito de la reconstrucción de Irak, de ocurrir, será un auténtico ariete de transformación regional, más aún si el proceso de paz israelo-palestino sigue adelante. Sociedades como la persa, la siria e incluso la saudí se verán afectadas por lo que allí ocurra, y la presión por una mayor democracia se hará notar.
 
La suma del efecto directo de las elecciones afganas e iraquíes con la Iniciativa para un Amplio Oriente Medio creará condiciones mucho más favorables para que los cambios se sucedan.
 
Si Siria continúa respaldando el terrorismo en Irak y Palestina encontrará una respuesta violenta. Lo mismo podemos decir del programa nuclear iraní. Pero lo que vaya a pasar está en manos, sobre todo, de los dirigentes de esos países. Para Washington es evidente que la ausencia de conflictos bélicos facilitará el proceso de transformación en marcha.
 
 
GEES (Grupo de Estudios Estratégicos).

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