Menú
BOLIVIA

Evo Morales

Para muchos latinoamericanos, Evo Morales es un héroe. Lo admiran por su socialismo indigenista, su antiamericanismo radical, la nacionalización de los hidrocarburos en perjuicio de las multinacionales y el aumento de precios del gas que va a Brasil y Argentina. Para otros, se trata de un populista ambicioso a quien no le importa hundir a su pueblo con tal de acrecentar su poder, en la estela de Hugo Chávez y Néstor Kirchner. La realidad, posiblemente, no está en ninguno de estos extremos.

Para muchos latinoamericanos, Evo Morales es un héroe. Lo admiran por su socialismo indigenista, su antiamericanismo radical, la nacionalización de los hidrocarburos en perjuicio de las multinacionales y el aumento de precios del gas que va a Brasil y Argentina. Para otros, se trata de un populista ambicioso a quien no le importa hundir a su pueblo con tal de acrecentar su poder, en la estela de Hugo Chávez y Néstor Kirchner. La realidad, posiblemente, no está en ninguno de estos extremos.
El presidente de Bolivia, Evo Morales.
No hay razones para dudar de la buena voluntad de Evo Morales. Pero no son sus buenas intenciones lo que cuenta, sino el resultado de sus políticas. Y la economía y la historia enseñan que el efecto será desastroso para Bolivia.
 
La nacionalización de los hidrocarburos que aplauden los socialistas y estatistas atolondrados no sólo será muy nociva para el país, además será irrealizable. El Gobierno no tiene los recursos para pagar las indemnizaciones a los concesionarios expropiados y manejar el sector petrolero. Con todo, incluso si tuviera los recursos, hacerse cargo de los hidrocarburos es ilógico. Bolivia no puede distraer los escasos fondos públicos en otra cosa que educación, salud, seguridad e infraestructuras.
 
Los petroleros invirtieron cerca de 3.500 millones de dólares en Bolivia. El arbitraje internacional podría exigir al país indemnizarlos con unos 2.500 millones de dólares, por los activos no depreciados, más otros 2.000 millones como reintegro de la renta perdida por los concesionarios. Se estima que, para explotar los campos de gas y petróleo (el gas está a 6.000 metros de profundidad), el Gobierno necesita invertir unos 3.000 millones y mantener un capital de trabajo de 500 millones. El capital necesario para manejar el sector es de unos 8.000 millones. Muy por encima de sus posibilidades.
 
La irreal estrategia de Morales consistía en pagar a las petroleras con gas y petróleo como "venta anticipada" e incrementar el precio del gas que se exporta a Brasil y Argentina, en contra de lo que disponen los respectivos contratos de suministro. Eso no está resultando. No obstante, aunque se acordase la indemnización con las petroleras, ¿cómo beneficiaría al pueblo boliviano no cobrar por la exportación de gas durante los 25 años o más de una venta anticipada? ¿Cómo conseguirán los 3.500 millones de dólares que necesitan para explotar los pozos? Solamente Chávez podría ofrecer un crédito, pero sus recursos también son limitados.
 
Bolivia recibirá menos ingresos con la nacionalización de Morales que lo que obtendría recaudando el 32% de impuestos y el 18% de regalías ya establecidos en la ley, sin necesidad de invertir capital, endeudarse, agrandar el Estado ni correr riesgos. Todo ello, sin contar las pérdidas ocasionadas por la ineficiencia, el clientelismo y la corrupción que engendran las empresas estatales. Las reformas de 1993 se realizaron, precisamente, para sacar de la quiebra a la petrolera estatal, YPFB.
 
El aumento del precio del gas no constituye un logro, como algunos creen. Brasil, cuyas importaciones son cuatro veces superiores a las de Argentina, exige que se mantenga el precio de 4,0 dólares por MMBtu y que se cumpla el contrato. Si Bolivia insiste con el aumento, Brasil llevará el caso a los tribunales arbitrales de Nueva York, donde será favorecido. De todos modos, con el aumento del precio bajará la demanda en Brasil y aumentarán las inversiones en la búsqueda de gas, con lo cual, en unos años, los países vecinos se independizarán del gas boliviano. ¿Qué hará entonces Bolivia?
 
Esta es la tercera vez que nacionalizan los hidrocarburos en Bolivia. Las dos anteriores (1937 y 1969) resultaron en un notable atraso de la industria petrolera y en el sometimiento del país a prolongados embargos financieros internacionales. Morales ha informado ahora de que la nacionalización será "temporalmente" suspendida debido a la falta de fondos. Las petroleras extranjeras siguen operando los pozos y refinerías, pero se paralizaron las inversiones privadas en los distintos sectores productivos, con grave daño para el país.
 
¿Qué ha logrado Morales con su revolución socialista, que no sea aumentar la pobreza y empujar a su pueblo al borde de la guerra civil?
 
 
© AIPE
 
PORFIRIO CRISTALDO AYALA, corresponsal de la agencia AIPE en Paraguay y presidente del Foro Libertario.
0
comentarios