Menú
FRACASOS DEL SOCIALISMO

En qué se parecen Chávez y Obama

Chávez y Obama no parecían tener mucho en común: el presidente venezolano es vulgar y sufre de múltiples complejos, mientras que el norteamericano se expresa muy bien, es amable y tiene títulos universitarios de Columbia y Harvard. Pero ambos han dado un vuelco marcadamente intervencionista a los gobiernos de sus países, y las consecuencias negativas están afectando gravemente a sus conciudadanos.

Chávez y Obama no parecían tener mucho en común: el presidente venezolano es vulgar y sufre de múltiples complejos, mientras que el norteamericano se expresa muy bien, es amable y tiene títulos universitarios de Columbia y Harvard. Pero ambos han dado un vuelco marcadamente intervencionista a los gobiernos de sus países, y las consecuencias negativas están afectando gravemente a sus conciudadanos.
Los venezolanos no se podían imaginar peores gobernantes que los copeyanos socialcristianos y los adecos socialdemócratas de las últimas décadas del siglo pasado, pero bajo Chávez cualquier tiempo anterior luce tanto mejor. Los norteamericanos no veían el momento de que se fuera el maniático de G. W. Bush, quien se creía encomendado por Dios para salvar no solamente a su país, sino al mundo entero, del terrorismo y las drogas. Pues bien: Obama ha gastado más en nuevos programas en sus primeros nueve meses de lo que gastó Bill Clinton a lo largo de ocho años, y de esa manera ha dado la espalda a los principios fundamentales de la libertad individual, enumerados y defendidos por los Padres Fundadores.

Hoy, no solo Bolívar y Sucre deben de estar dando vueltas en sus tumbas con lo que pasa en su amada Venezuela, sino que algo parecido debe de estarles sucediendo a Franklin, Washington, Adams, Jefferson, Madison y Hamilton con lo que pasa en EEUU: desempleo, desconfianza de los inversionistas, creciente dificultad para la obtención de financiamiento, dramática caída del valor de las viviendas, pérdida de poder adquisitivo del dólar, creciente inseguridad personal...

Los gobiernos de los países libres no fueron concebidos para redistribuir ingresos, regalar servicios médicos, lavar los cerebros de los jóvenes o utilizar los ahorros de la ciudadanía con fines netamente políticos, dentro o fuera de la nación. La verdadera función del gobierno es proteger los derechos individuales y la propiedad de cada uno, de manera que el más fuerte no se aproveche de la debilidad de los demás. La igualdad ante la ley es lo que nos hace libres, mientras que la creciente intervención gubernamental nos esclaviza, bajo el engaño de que así se está protegiendo a los pobres.

La economía venezolana se contrajo un 4,5% en el tercer trimestre del 2009, en comparación con el mismo período del año pasado, y la producción petrolera cayó más del doble (un 9,5%), mientras la inflación, que este año alcanzará el 26%, es la más alta de América Latina. Ante tan infames resultados, el remedio que el gobierno de Chávez adelanta consiste en cambiar la manera de calcular esas estadísticas, para supuestamente adecuarlas a la economía socialista. En 2010 reducirá los presupuestos de educación y salud, pero aumentará los gastos militares y –en un 600%– los de la Presidencia.

El total abandono de los trabajos de mantenimiento que siguió a la estatización de la energía eléctrica y en el sistema de acueductos provocan frecuentes apagones en Caracas y demandas presidenciales de que la gente se bañe con menos frecuencia...

Estados Unidos ocupa el 6º lugar en el Índice de Libertad Económica 2009, por detrás de Hong Kong, Singapur, Australia, Irlanda y Nueva Zelanda, mientras que Venezuela cayó al puesto número 174, junto al Congo, Cuba, Corea del Norte y Zimbabue.


© AIPE

CARLOS BALL, director de la agencia AIPE.

Temas

0
comentarios