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HISPANOAMÉRICA

El declive de la Nicaragua de Ortega

Durante la campaña presidencial estadounidense, el candidato Barack Obama declaró: "La política de George W. Bush en las Américas ha sido negligente con nuestros amigos, ineficaz con nuestros adversarios [y] ha creado un vacío del que se han aprovechado unos demagogos que tienen un programa antiamericano".

Durante la campaña presidencial estadounidense, el candidato Barack Obama declaró: "La política de George W. Bush en las Américas ha sido negligente con nuestros amigos, ineficaz con nuestros adversarios [y] ha creado un vacío del que se han aprovechado unos demagogos que tienen un programa antiamericano".
El señor Daniel Ortega gobernó Nicaragua desde 1979 hasta 1990 con apoyo del régimen soviético. Su movimiento sandinista falló en su intento de regresar al poder en 1996 y en el 2001; pero hace dos años, a la edad de 60, Ortega obtuvo el triunfo en las presidenciales, si bien cosechó apenas el 37 por ciento del voto. Asimismo, el pasado novimebre su partido ganó las elecciones municipales, con la ayuda de los millones de dólares que le procuró Hugo Chávez.

Nicaragua es un caso problemático, con un PIB per cápita que apenas supera los 1.000 dólares. La economía depende de préstamos del Fondo Monetario Internacional, del apoyo presupuestario de los europeos, del petróleo de Chávez y de la ayuda de los contribuyentes estadounidenses canalizada a través de la Corporación Federal Reto del Milenio (MCC), cuyos fondos se supone deben ir a países que, "sobre la base de la gobernabilidad justa, inviertan en los ciudadanos y promuevan la independencia económica".

A juicio de Freedom House, Nicaragua es un país "parcialmente libre" y con "tendencia descendente" en materia, precisamente, de libertades.

Luego de las recientes elecciones municipales, la MCC suspendió toda ayuda a Managua y canceló el saldo de 64 millones de dólares que le había asignado. El presidente de la Cámara de Comercio Nicaragüense-Americana calificó la suspensión de "bomba nuclear para la economía del país", pero Ortega le quitó importancia asegurando que podía conseguir más ayuda de Rusia y Venezuela. Quizá en ese momento el mandatario nica pasó por alto que ambos países dependen fuertemente del precio del petróleo y las materias primas, que vienen cayendo desde hace bastante tiempo.

Daniel Ortega y Hugo Chávez.Casi todo el mundo ha perdido la paciencia con Ortega. Francisco Aguirre, presidente de la Comisión del Exterior de la Asamblea Nacional, ha declarado que este 2009 podría ser "catastrófico" para el país. "Nuestros males se deben a que tenemos severos problemas de gobernabilidad. Toda esta incertidumbre política está ahuyentando a los donantes internacionales que consideran la democracia, la transparencia y las leyes un factor importante para el desarrollo".

Nicaragua está perdiendo también inversiones extranjeras, que podrían ser su salvación. Hacer negocios y arriesgar capital donde no se respeta el derecho de propiedad es una empresa por la que hay que pagar un precio demasiado alto. A juicio de Hal Scott, director del Programa de Sistemas Financieros Internacionales de la Escuela de Derecho de Harvard, Nicaragua, con la aprobación de la Ley 364, ha perjudicado severamente a los inversores extranjeros, pues, entre otras cosas, les exige el depósito de grandes sumas en los tribunales "sólo para tener el derecho de defenderse".

No son solamente las compañías estadounidenses las que están en la mira. En Managua, un joven americano, Eric Volz, fue encarcelado durante un año por violación y asesinato en lo que, según el New York Times, fue "un espectáculo político". Finalmente, Volz fue exonerado. "El sistema de justicia de Nicaragua está en el banquillo de los acusados", escribió Marc Lacey en el NYT.

El Estado de Derecho es fundamental para atraer inversiones extranjeras, que tanto ayudarían a prosperar a Nicaragua. Para ello, el gobierno de Ortega debería conformar una alianza comercial con una democracia estable, en lugar de andar con todos los jueguitos que se trae con la Venezuela de Chávez.


© AIPE

JAMES GLASSMAN, ex subsecretario de Estado norteamericano para la Diplomacia.            
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