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IBEROAMÉRICA

Bolívar y Chávez, ideologías opuestas

Me es difícil mencionar a Simón Bolívar y a Hugo Chávez en la misma frase, porque siento que así estoy irrespetando al Libertador. Bolívar es la figura más venerada de la historia venezolana, mientras que en seis años Chávez se ha convertido en la figura histórica más despreciable.

Me es difícil mencionar a Simón Bolívar y a Hugo Chávez en la misma frase, porque siento que así estoy irrespetando al Libertador. Bolívar es la figura más venerada de la historia venezolana, mientras que en seis años Chávez se ha convertido en la figura histórica más despreciable.
Chávez, ante un retrato de Simón Bolívar.
La patria de Bolívar está hundida en la peor corrupción y miseria. Jamás tuvimos tantos delincuentes como ministros, legisladores, fiscales y jueces. Nunca habíamos experimentado una peor distribución de la riqueza. Nunca el Poder Ejecutivo se había burlado con total desfachatez del Estado de Derecho o irrespetado con tanto descaro los derechos de propiedad y la libertad individual.
 
Los venezolanos sentimos vergüenza cada vez que Chávez abre la boca, y por sus frecuentes viajes para regalar lo que no es suyo y comprar con dinero mal habido las conciencias de gobernantes y los aplausos del público extranjero.
 
Así como nunca comprendí cómo los ex presidentes Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera se abrazaban con Fidel Castro sin salir corriendo a lavarse las manos y a cambiarse de ropa, es repugnante observar a gobernantes y políticos argentinos, brasileños, ecuatorianos, uruguayos, paraguayos, etcétera, aplaudiendo y recibiendo con los brazos abiertos los beneficios petroleros o comerciales que este San Nicolás, también vestido de rojo pero con boina y lenguaje de burdel, reparte a manos llenas.
 
¿Y los venezolanos? Pasando hambre y miseria. Una reciente noticia es que las autoridades están recogiendo niños hambrientos de las calles de ciudades venezolanas para trasladarlos en aviones a Cuba, donde son entrenados en la ideología comunista, como parte del trueque petróleo por "servicios".
 
Simón Bolívar.La campaña de desinformación del régimen es tan eficaz que el New York Times, en su editorial del 10 de diciembre, asegura que en las recientes elecciones legislativas, "aun sin el boicot, los partidos chavistas hubieran ganado una clara mayoría". En lo que ese periódico tiene razón es respecto a la torpeza de Washington en sus relaciones con Venezuela y el resto de América Latina.
 
Pero ya es hora de que los venezolanos, colombianos, panameños, peruanos, ecuatorianos y bolivianos, quienes en gran medida nacimos en países libres gracias a la valentía y persistencia de Simón Bolívar, rechacemos públicamente las falsedades y tergiversaciones de Hugo Chávez sobre los ideales, actuaciones y objetivos del Libertador.
 
Los enemigos de la libertad suelen distorsionar el significado de las palabras. En esto Chávez imita el doblepensar de la novela 1984 de George Orwell, donde la tarea del Ministerio de la Verdad y de la Policía del Pensamiento es lavar el cerebro a la ciudadanía, bajo el lema de "quien controla el presente, controla el pasado".
 
Lejos de seguir su juego "bolivariano", creo que es deber de los periodistas serios denunciar el doblepensamiento orwelliano de Chávez, y que cada vez que cite fraudulentamente a Simón Bolívar investiguen y revelen la verdad. Esa es una tarea fácil debido a que Bolívar escribió copiosa y lúcidamente. Basta recordar algunos cortos pasajes para dejar claro las falsificaciones de Chávez:
 
"No conviene que la opinión y las leyes estén en las mismas manos, y que toda la fuerza esté concentrada en el gobierno". "La propiedad es el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes y del fruto de sus talentos, industria o trabajo". "Los códigos, los sistemas, los estatutos, por sabios que sean, son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados, constituyen las repúblicas". "Yo os recomiendo la Constitución británica, como la más digna de servir de modelo a cuantos aspiran al goce de los derechos del hombre". "La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos [porque] el pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía…"
 
 
© AIPE
 
Carlos Ball, director de la agencia AIPE y académico asociado del Cato Institute.
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